La antigua filosofía
-que natural se llamaba-,
decía que la materia
básicamente constaba
de solo cuatro elementos:
Aire, fuego, tierra y agua
Según esta teoría,
si mi cuerpo analizara,
seguro que me saldría,
que soy casi todo agua.
del cuarteto yo prefiero,
Sin ninguna duda el agua.
Porque es fuente de vida,
sea dulce o sea salada.
Como segundo: la tierra.
Que es el soporte que aguanta
los otros tres elementos,
y así no se desparraman,
por el espacio infinito,
y retornan a la nada.
Tercer puesto para el aire.
Que es cosa muy necesaria.
Sobre todo si es fresquito,
y no sopla tramontana.
A mi el fuego me gusta,
cuando es cosa controlada.
Me fascina en el hogar,
el crepitar de las llamas.
Soy feliz cuando la lluvia,
me resbala por la cara,
y todo el aire se impregna,
de olor a tierra mojada.
El frío soplo del viento,
deja mi nariz helada,
y me pone las orejas,
totalmente coloradas
Me siento feliz entonces,
y tumbado en mi butaca,
me tomo muy despacito,
bien rebajado con agua,
un sorbito de escocés,
mientras contemplo las llamas,
cómo ejecutan los pasos
misteriosos de una danza.
Dedicada a todos los que
habitualmente leeís mi blog.
Con mi gratitud y cariño.
//